domingo, 18 de enero de 2009

Silencio y Comunicación (Entre el motivo y el hastío)

Hace unos días caminando por la calle, me he percatado que la gente vive soñando con cambios en su ambiente, (conjunto de elementos naturales, artificiales, sociales y culturales que nos rodean) transformaciones en su vida, y nuevas formas de realizar aquello que aspira.


Sí, es natural en los seres humanos desear algo mejor, inventar una salida diferente a sus problemas, claro que muchas veces la resolución del conflicto de uno, es el dilema de otro, y he ahí lo complejo de la comunidad.


Sobre todo en tiempos de globalización (sí, aquello donde todos nos comunicamos con diversas personas de todas partes del mundo en tiempo real) y cibernética (un medio de estudio del control y comunicación de los sistemas complejos: organismos, maquinas u organizaciones), donde todos estamos interconectados, y cada información viaja al otro lado del planeta en un santiamén.


Para que esa información sea real se vale del lenguaje, en todas sus formas (sublimes y ridículas), y lo que le ofrece como medio de inspiración, propagación, ilustración, alusión, descripción, connotación y denotación.


La matriz del lenguaje es la comunicación, es su fin primario y esencial, claro, no es su único objetivo. El lenguaje es comunicación antes que representación. Roman Jakobson y Cesar Hernández Alonso formulaban las funciones del lenguaje en relación con los elementos de la comunicación:


La función representativa interesada en el contexto. La expresiva atañe al emisor. La apelativa concierne para el receptor. La fática atiende al canal. La metalingüística se fija del código. La estética corresponde con el mensaje. La función lúdica se apasiona en la emoción.


La comunicación es la más básica y vital de todas las necesidades después de la supervivencia física (aunque muchos han sido capaces de utilizarle hasta para eso). Incluso para alimentarse, desde los tiempos prehistóricos, los humanos precisaron entenderse y cooperar unos con los otros mediante la comunicación con otros individuos (comprensión exógeno-personal).


Esto de Comunicar es un acto y un arte mediante el cual transmitimos informaciones, pero no cualquier tipo, sino lo que nos dictan: la necesidad, la necedad, el placer, el deber, la circunstancia, o la comodidad, en un momento dado.


Consiste en transferir entre individuos ideas y pensamientos. Los animales se comunican mediante sonidos, olores y movimientos. Algunos otros con los colores, variaciones de temperatura, o incluso, el sonar. Este es el tipo de comunicación denominado no lingüística.


Lo que pensamos, las conversaciones que sostenemos con nosotros mismos (inteligencia endógeno-personal), es importante, pero no basta para lograr una buena comunicación. Interesa para un ser biopsicosocial como los humanos, la capacidad de transmitir mensajes, pensamientos y sentimientos.


Es un proceso por el cual propagamos significados de una persona a otra. Mediante ella traspasamos ideas, emociones, de una persona a otra. En toda forma de comunicación posible, el ente o la sustancia, se ha de comunicar por medio de otro objeto.


Solo cuando dicho objeto se encuentra sumido en el contexto, en ese estado de presencia absoluta que comanda el dedo índice, puede comunicarse por sí mismo. Pero, entonces no le llamamos sino señalamiento (esa acción despiadada de señalar, nombrar o determinar persona, día, lugar, asunto, cosa, u otros, para algún fin, también cruel).


El proceso de comunicación entraña un complejo de relaciones de las cuales: unas se producen entre dos o más sujetos, algunas entre personas y cosas, y otras entre objetos. Pero es indispensable que haya siempre más de un sujeto y más de un objeto.


Esto tiene importancia para la distinción de la naturaleza del signo. Entendemos por signo al objeto que, en el acto de comunicación, sustituye a otros u otros objetos situados más allá de la capacidad sensorial.


Comunicarse significa transmitir mensajes que deben ser comprendidos y recordados (por lo menos en su acepción básica). Los elementos de la comunicación son:


Emisor: Es la persona que transmite el mensaje. Receptor: Es la persona que recibe el mensaje, lo descodifica, lo interpreta, absorbiendo así una imagen mental de la realidad o expresarla. Canal: Es el medio por el cual circula el mensaje. Código: Es el conjunto de signos y señales que se transmiten en el acto de comunicación. Mensaje: Es la idea o sentimiento que quiere transmitir el emisor.


En el proceso de comunicación existen problemas que traen como consecuencia los tan frecuentes "malentendidos" o "fallas de comunicación". Las barreras son obstáculos en el proceso, que pueden anular la comunicación, filtrar o excluir una parte de ella o darle un significado incorrecto, lo cual afecta la nitidez del mensaje.


Existen tres tipos de barreras:

Las Barreras personales son interferencias de la comunicación que provienen de emociones, escala de valores y malos hábitos del individuo.


Las Barreras físicas son interferencias de la comunicación que ocurren en el ambiente donde ésta se realiza.


Las Barreras semánticas surgen de las limitaciones de los símbolos a través de los cuales comunicamos, cuando el significado no es el mismo en el emisor que para el receptor.


Al comunicarnos, -afirma David K. Berlo-: tratamos de alcanzar objetivos relacionados con nuestra intención básica de influir en nuestro medio ambiente y en nosotros; pero, la comunicación puede ser eternamente reducida al respeto de un orden conductual, a la transmisión o recepción de mensajes.


Sin embargo la comunicación no es sólo expresar nuestro agrado o desagrado, felicidad o desdicha, idea o ignorancia de sobre un fenómeno particular, también se da el caso, de lo que se “dice al callar”.


Se habla de que, la elocuencia del silencio, mayor de la que podría lograrse con la palabra. Y es que el silencio se hace sentir con mayor impacto en la sensibilidad, y el hombre se revela allí con una fuerza interior que nunca la podría otorgar ninguna otra actitud.


Para unos intelectuales el silencio es bueno en dosis, para otros es lamentable y reprochable. Pero todos están de acuerdo en que genera algo, ¿misterio? Quizá, ¿desdén? No parece, ¿curiosidad? Probablemente. ¿Picardía? Todos tenemos algo de ella.


El silencio viene a ser, a veces, o su mejor respuesta o presencia. No persuade siempre eso de que “quien calla otorga”. Más bien el dicho popular: “Toda persona es esclava de lo que dice y dueña de lo que calla”.


Cuando Jesús hace silencio ante los sumos sacerdotes que lo acusan o lo acosan, los desconcierta y desata en ellos la desesperación. “Pilatos entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una palabra. (San Mateo Cáp. 27, versículos 13 y 14)”. Si Jesús no hubiere predicado el amor hasta para sus enemigos, se podría ver ese silencio suyo como desprecio o indiferencia.


Pero, un ser humano con tal capacidad de amor, y atributos de compasión y gracia, no podría para nada haber soportado tal vilipendio, tortura y vejamen en vano. Su silencio dijo más que miles de frases.


Sí, el silencio como nada, puede también revelar eso; no contestar por dignidad. Se dice más en lo que se calla que en lo que se expresa. Albert Camus dijo: “Un hombre es más por las cosas que calla que por las cosas que dice”. El que habla mucho es porque piensa poco. Se conoce al pensador por su laconismo. Pensar es más del silencio que de la palabra.


Por otro lado, Marco Tulio Cicerón dijo que: La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio. Entonces está en ti saber si quieres ahorrar tu voz para algunas cosas, y gritar para otras.


Claro está, si queremos llegar a la verdad debemos comunicarnos, quedarnos callados en ocasiones es bueno, pero la mayoría de veces nos hace doblegar nuestras convicciones y cuando ya no podemos destrozamos las razones de los demás.


La comunicación es el medio por el cual se ejerce influencia sobre las personas para conseguir nuestros deseos o impartir órdenes, y por lo tanto es prioritario que la misma sea efectiva.


Es conveniente que la información que deseamos trasmitir no resulte excesiva o deficiente en su extensión, y con conceptos precisos de lo que se pretende obtener, como de la finalidad perseguida.


Si entendemos como comunicación eficaz, aquella donde el receptor recibe un mensaje y realiza la acción propuesta por el emisor. Y no quedándose sólo hasta allí, sino respondiendo y trasladando nuevas acciones al mensajero primario.


Lo que buscamos es influir sobre los demás para conseguir nuestros objetivos o deseos, los sinónimos de influencia (Preponderancia, Autoridad, Poder, Mediación, Predominio, Imperio, Reputación) se deben observar.


La influencia es un proceso, mediante el cual se afecta el proceder (positivo o negativo) de una o varias personas, en forma autónoma de la intensidad de dicha afección.


Hay que considerar que en muchas ocasiones la transmisión de información, pretende producir cambios en las conductas del receptor, y como respuesta a ese estimulo ofrece una resistencia o rechazo a aceptar modificaciones, estando relacionado con nuestras creencias o paradigmas.


Estos paradigmas, nos hacen rechazar que exista otra verdad distinta a la que imaginamos, por ello el miedo a salir de nuestra zona de seguridad. La percepción es el valor agregado de la escucha, por comprender al emisor desde el conocimiento y los sentimientos, por parte del receptor.


Al final, lo que importa, es que sepas que medio utilizar para expresar aquel mensaje que merece la atención de otras personas, sopesando que seguramente vas a ser objeto de juicios a priori, y también, a posteriori, que estarás ante los ojos de otros, y sujeto a un escrutinio intenso a razón de esa idea, y muchas veces otros decidirán por ti.


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